El comienzo de una era desconocida

                   El comienzo de una 
               era desconocida (1967)

      Larisa Shepitco, Andrey Smirnov



   Ficha técnica

Título original
Nachalo nevedomogo veka
Año
Duración
73 min.
País
Unión Soviética (URSS) Unión Soviética (URSS)
Dirección
Larisa Shepitko, Andrey Smirnov
Guion
Larisa Shepitko, Ilya Suslov, Mikhail Suslov, Boris Yermolayev. Historia: Yuri Olesha, Andrey Platonov

            Reparto    Leonid Kulagin, Sergei Volf, Georgi Burkov, Nicolai Gubenku, Lyudmila Polyakova, Igor Klass...

Música
Roman Ledenyov, Alfred Shnitke
Fotografía
Dmitri Korzhikhin, Pavel Lebeshev (B&W)
Compañías
Dovzhenko Film Studios, Eksperimental'naya Tvorcheskaya Kinostudiya, Mosfilm
Género
Drama
Sinopsis
Originalmente, "Nachalo nevedomogo veka" fue concebido en 1967 como un conjunto de cuatro episodios destinados a la conmemoración del 50 aniversario de la Revolución de Octubre.
Del proyecto original llegaron a filmarse tres episodios dirigidos por Andrey Smirnov, Larisa Shepitko y Genrikh Gabay que, una vez terminados, fueron inmediatamente archivados por razones de censura que aún hoy no están claras, y se quedaron acumulando polvo durante veinte años, hasta que se hicieron públicos durante la perestroika.
No se conserva ningún negativo original, tan sólo una copia del episodio de Smirnov, "Angel", y del de Shepitko, "Homeland of Electricity". Ambos fueron producidos por The Moscow Studio for Creative Experiment. El primero, "Angel", realizado por Smirnov, está basado en un relato de Yuri Olesha que narra el viaje de un grupo de refugiados huyendo del caos de la guerra civil rusa en 1920. Son capturados por el Ruso blanco que se hace llamar a sí mismo “Ángel de Dios”, pero a pesar de sus sufrimientos en manos de este personaje, de algún modo mantienen su dignidad.
El segundo, "Rodina Elektrichevstva", de Larisa Shepitko, está basado en una historia de Andrey Platonov, cuya narrativa describe la “causa común” de la construcción Comunista con perturbadora ambigüedad. En él, un muchacho transforma una vieja bicicleta en una bomba de riego, respondiendo así a las plegarias de los campesinos de Turkmenistán, que aguardan ingenuamente expectantes la salvación y que finalmente son, literalmente, iluminados por la electricidad.